martes, 23 de agosto de 2011

¿¿Mozart o mamá???


Del departamento, a la clínica, a dormir, a la clínica, a tomar café, a la clínica, al cine, a la clínica, a dormir, a la clínica…así nos pasamos la semana restante para tu esperada alta. Cada cuatro horas estábamos en la neo para darte la leche y para que nos enseñaran a sondearte. Me costó mucho, me ponía muy nerviosa con la enfermera al lado, como estudiante en práctica al lado del jefe…ellas decían que era cosa de tiempo, pero yo creía que nunca lo iba lograr. Para hacerte una idea, todo era muy mecánico: 7am-11am-15pm-19 pm-23pm-3am te daban leche, te mudaban y revisaban heridas. Cada dos “atenciones” te realizaban el cateterismo. Nosotros hacíamos lo imposible por estar en todas, pero post cesárea me cansaba rápidamente, así que en las noches nos íbamos a dormir (aunque yo no dormía mucho, y llamaba a cada rato a la neo para saber cómo estabas…).
Con todo aprendido, repasado y aprobado, te darían el alta el viernes 12 de febrero. Felices te fuimos a buscar, todo estaba preparado en el depto para recibirte. Salimos chochos de la clínica, despidiéndonos con cara de cumpleaños de todo el mundo. No niego que estaba muy nerviosa y sólo pensaba en cómo sería tu primera noche, nuestra primera noche a solas….pero……….sólo estuvimos dos horas juntos…porque tuvimos que volver por una rectorragia: entramos por urgencias y el diagnóstico fue la moderna enfermedad de la alergia a la proteína de la leche de vaca!!!!!. Es una broma, hay una cámara ocultaaaaaa…no podía ser, tanto tiempo esperándote para tener que volver a dejarte en la clínica, ahora en la UTI.
Esto fue complicado Gordo, porque eras chico y estabas saliendo de un post operatorio. Seguimos entonces con nuestra rutina de entra-sale de la Neo. Sólo te alimentabas de un parenteral, y harían diversas pruebas para ver cuándo podían darte tu pase a la libertad.
Así, dos semanas más. En este tiempo, yo me volví a caer. No lo entendía. Además, como te daba algo de mi leche (nunca tuve mucha) tuve que hacer una idea estricta a puro pan, papa y carne, que no me hizo bien, entonces se juntó todo. Tu papá fue súper fuerte para aguantar mis llantos, gritos y tristezas, y llevar consigo sus propias preocupaciones. Tus abuelas nos acompañaban diariamente, por turnos, así como tus tías Chica, Anita y Roxy, y los amigos, que nunca nos dejaron solos.
En todo ese tiempo nos dimos cuenta que eras muy tranquilito. No llorabas mucho, sólo te quejabas, pero no les dabas mucho trabajo a las matronas. Pero un día Gaspar lloraste por horas. Yo ya te podía tomar, así que en mis brazos te paseaba, te acostaba, te tomaba tu papá, mi mamá, tu abuela Cristina, las enfermeras, la matrona jefe, la auxiliar…todos tratamos, y tu, llorabas más. Entonces, me puse a llorar. ¿Qué te dolía?, ¿Cómo nadie podía calmarte?, ¿Porqué no venía el doctor?, ¿Qué iba a hacer yo cuando lloraras así en la casa?...No sabía qué hacer…pero pensé en nuestra vida juntos, la previa, claro, y me acordé de nuestras sesiones de música, así que busqué en mi ipod los discos que te ponía y te acerqué los audífonos. Te calmaste y me miraste, y ahí descubrí que todo el tiempo que estuviste en mi guata me escuchaste, que te gustaban las sinfonías y que como mamá, había encontrado la solución a tus problemas. Y espero seguir haciéndolo siempre….


No sé si el efecto Mozart tendrá validez, pero te compré varios cd muy lindos, que escuchábamos miestras descansábamos, y según algunos estudios, mejoran la relajación, concentración, memoria, creatividad y análisis...eso lo veremos Gaspar!




No hay comentarios:

Publicar un comentario