miércoles, 17 de agosto de 2011

Ignorante de la vida!!!!! (o nunca había oído hablar de eso...)

Como una mamá normal, aunque periodista y como muchos deben pensar, con amplios conocimientos, más bien, un mar de conocimientos, con un centímetro de profundidad, nunca se me había pasado por la cabeza investigar sobre las malformaciones. Aunque, por esas cosas de la vida que nadie entiende, pero que sin duda pasan por algo, la primera hija de una de mis mejores amigas había nacido, meses antes, con espina bífida. Por ella yo había leído en Internet y sabía de que se trataba esa enfermedad, a grandes rasgos. Y por eso, cada vez que me hacían una eco, le preguntaba a mi doc de ese entonces si es que se veía algo raro. Porque veía sus alegrías, pero también, sus sacrificios, sus penas, el gran trabajo y amor que requieren los niños que nacen con cualquier tipo de patología.
Los primeros cinco meses fueron sólo de felicidad...como primeriza, sólo pensaba en mi guagua: cómo sería, a quién se iba a parecer, de qué color pintaríamos su dormitorio, dónde comprar la mejor cuna, cómo conseguir una nana en tiempo record, cuántos kilos iba subiendo mes a mes (no pocos, ah)....y tu nombre.....temas importantes en esos momentos, y que me mantenían día y noche pensando en tí, Gaspar (custodio de los bienes de Dios, según un librito que me traje luego de una ecodopplerultramegaasertivaycara, a modo de souvenir).

Bueno. Un día viernes (nunca vayan al doc un viernes por la noche, pues si les pasa algo, o el médico tiene dudas sobre un diagnóstico, pasarán un fin de semana por decirlo en palabras suaves....eterno) antes del cumpleaños de tu abuelo Roberto, fuimos a la ecografía de los cinco meses. "Doc, y cuándo le veré la nariz?, doc, esos son los brazos cruzados?, doc, cómo está su espaldita?..doc...doc...". Pero vio algo raro y dudó. Y ahí comenzó nuestra historia, Gordo.


         Nuestro primer abrazo de oso (ya van...millones)

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