miércoles, 24 de agosto de 2011

Correr, rezar, amar


Estabas listo. Con la alergia controlada gracias a una leche, al parecer hecha en base a oro pero que tolerabas muy bien, y con las heridas de guerra cicatrizadas, nos despedidos, ahora sí que sí, de CLC. Como equecos salimos cargando exámenes, más exámenes, RX, resonancias, pañales, sondas, leche, algodones, bolsas, aguas bidestiladas…nos hicieron el paquete completo y nos mandaron para la casa.
En tu huevito del coche te veías enano. Yo te veía tan grande en la neo, al lado de tus mini compañeros de sala (todos prematuros, súper prematuros), y en realidad eras un niñito de 23 días que venía saliendo de una enterocolitis, que pasó ocho días sin comer….todo te quedaba grande, hasta los calcetines Gasparcito….
Esta vez estábamos seguros que todo andaba en orden, así que confiados nos fuimos al depto, donde estaba esperándote parte de la familia. Sería un gran día, que no olvidaríamos nunca.
Empezábamos entonces otra etapa, la que llamo DG (después de Gaspar). AG (antes de Gaspar) yo no era la misma. Los que me conocen bien se han dado cuenta e incluso hemos bromeado al respecto. AG yo era más mal genio. Menos risueña, menos cariñosa, menos tolerante, menos católica, menos consciente, más acelerada…ahora, DG, siento que soy y trato de ser una mejor persona, más comprensiva, más alegre y más agradecida….AG sólo pedía, por mi, la familia, los amigos, porque me fuera bien en tal cosa, que me resultara otra…pero ahora, también doy gracias por todo lo que nos ha tocado vivir. Porque sé que si nos elegiste a nosotros como tus papás es porque sabías que te cuidaríamos, amaríamos y haríamos lo que fuera porque estuvieras bien y fueras feliz.


Cuando supimos lo del mielo comenzamos a rezar mucho. Rezábamos en la casa e íbamos a misa, lo que hemos mantenido hasta hoy. Poco a poco, y gracias a muchas personas que se fueron enterando, fuimos formando un altar que está lleno de santos, estampitas, denarios, e incluso el famoso gatito chino de la salud, todos regalos de gente que te quiere y que se sumó a nuestras oraciones. Muchos de ellos de forma anónima, pedían por ti en la misa de 12 de la Parroquia, algo que me llenaba de alegría, de emoción y algo de pudor, no porque todo Quillota se enterara, sino porque sé que hay cientos de niños que también necesitaban de esa fuerza común, que iba dirigida a ti en esos momentos. “Pedimos por Gasparcito”, decía el padre y yo sonreía como si todos me miraran, buscando a tu amigo incógnito.
Fue por esto que no dudé en rezar, contigo en los brazos y tu papá de la mano, cuando esa noche, nuestra primera noche juntos como familia, comenzó a temblar, a temblar tan fuerte que en segundos te sacamos de la cuna y nos refugiarnos bajo el umbral de la puerta. Mi noche de debut como mamá fue también la noche del gran terremoto del 27F. Una prueba más superada, Gaspar!.




                                              Así estabas en tu primer día de libertad....




 


       El terremoto fue a las 3:34 horas del sábado 27 de febrero. De 8,8 grados, el quinto terremoto más grande la historia, dejó 523 muertos y 800.000 damnificados. Ese día, además, mi amiga Cecilia estaba en la clínica, pues el día antes, mientras tu salías de la clínica, nacía su hija Laura, otra coincidencia entre nosotras, pues  comenzábamos nuevamente a ser mamás...


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